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martes, 24 de febrero de 2009

LA SEÑORA 2°

En ese momento comenzaron a aullar los perros... y Aída con todos sus sentidos alerta,escuchó como en la habitación contigua se ahogaba el grito de sus padres,sucumbiéndola en un temor indescriptible y a lo único que atinó fue a cerrar los ojos con fuerza. Trás un largo momento oyó pasos que se acercaban y un roce sublime en su mejilla: =¡Aída,es hora!=la voz era de un hombre. La niña sintió que en aquellos segundos se le iba la vida y en completa oscuridad tomó la maldita bandeja que a tientas sacó de su cama y golpeó al hombre aquel.Salió disparada por el jardín entre quejidos,llantos y la espectral aparición de la mítica Señora que,comenzó a arañar su menudo cuerpo,con uñas afiladísimas y risa gutural,que ahondaba el negro espesor de la infernal noche;la Señora daba vueltas sobre ella,haciéndole preguntas lascivas,tortuosas,que su mente al filo de la locura no lograba comprender.Corrió sin descanso,hasta encontrarse en la vieja casona y sin pensarlo entró en ella,buscando un escondrijo,cual rata,de aquella mujer misteriosa que la perseguía... Se posó frente a ella un gato descolorido, que comenzó a hincharse entre maullidos lascerantes que hicieron estallar sus oídos, hasta alcanzar la proporción del Ser de un sólo ojo,que la asió de los cabellos,dando alaridos de júbilo,llamando a su Señora,que pasivamente se acercaba a Aída con una extraña mezcla maternal y diabólica. Aída comenzó a reir=el delgado hilo de la cordura ya la había abandonado=mientras su cuerpo era zarandeado,mordido,arañado,pisoteado y colgado en forma invertida,por aquella Señora que susurraba a su oído las plegarias malditas de sus elegidos... La pequeña,jadeaba y reía alternadamente en aquel lugar de locura,dónde la Señora,con su meñique putrefacto, abrió de cuajo su abdomen dejando al descubierto sus vísceras,que fueron devoradas prontamente por el Ser que la acompañaba. Un grito espeluznante recorrió la casona,esparciéndose por el lugar,pero ninguno de los que lo oyó hizo el intento de averiguar de qué se trataba;se persignaron y siguieron en sus oraciones… El sol aún estaba alto,eran las seis de la tarde y comenzaban a llegar los niños de la escuela;uno a uno iban pasando frente al lugar maldito,con los puños apretados por el terror. Los adultos se miraron en silencio y bajaron la mirada. Y en el seno mortuorio de la noche silente se escucharon paladas que sellaban tres tumbas sin nombre y en las que sólo dos contenían despojos de lo que alguna vez fue un ser viviente...

Útero insalubre




¿Qué es la duda?.¿Cómo se enfrenta la obsesión maldita del que no abre su mente?.
Quiero estar tranquila,vivir con mis hijos y que nadie ponga mierda en mis proyectos.Que todo aquel que tenga un atisbo de mentira,envidia y consejos baratos,se dé la media vuelta y se vaya al lugar de dónde nunca debió salir:un lugar oscuro,fétido,lúgubre.
El útero maldito que le dió vida a medias...

lunes, 23 de febrero de 2009

LA SEÑORA

El 10 de mayo de 1977,Aída caminaba asustada por un sendero gris y desolador,ignorando el tiempo que llevaba allí.
El frío arreciaba y su corazón palpitaba raudo al constatar que le era imposible correr,como si una mano invisible le obstruyera el paso;llevaba una bandeja de madera en sus manos,regalo para su madre,echa por ella en el colegio añoso,donde no tenía amigos.Sintió miedo por la oscuridad que intentaba atraparla y por los arboles que flanqueaban el camino polvoriento e irreal que la conducía a casa y observó que no había gente en las calles ni sonido alguno,salvo el del viento.


Aída,menuda,delgada,de cabellos largos y tez pálida,se detuvo mirando a todos lados.Se preguntaba por qué no la habían ido a buscar y se estremeció por completo de solo pensar que estaba sola ante esa oscuridad amenazante;comenzó a correr atravesando la avenida donde escuchó un susurro,que la paralizó:alguien la llamaba...El camino a casa,estaba muy retirado de las otras viviendas,quizás por eso, habían demorado tanto en ir por ella y comenzó a remerorar las historias que escuchaba cada noche sobre los gemidos que salían de aquella casona abandonada (y que nadie parecía tomar en cuenta). Se apoderó de sus cortos siete años un miedo de locura y en su carrera creyó oír de nuevo el susurro;pensó que todo era producto de su imaginación alborotada por el silbido espeluznante de aquellos arboles que se mecían al vaivén del viento de invierno y siguió su travesía,aterrada...
De pronto,comprobó que estaba frente a la casona ésa y aunque trató no pudo evitar aminorar el paso para luego quedarse estática frente a ella.Miró a todos lados,agitado el pecho de cansancio y miedo y vio una luz blanquecina que venía;no pudo correr, esa luz le llamó fuertemente la atención y a pesar de las advertencias de los adultos,siguió allí. En medio de esa fosforecencia cristalina y lúgubre,vio a la Señora vestida de ropajes límpidos,cabellera larga que ondeaba al viento y ojos negros,vacíos y que susurraba su nombre,flotando sobre una especie de niebla alargando sus brazos,intentando tocarla,congelando el viento a su paso y el aliento de Aída que, paralizada de terror, no atinaba a mover un solo músculo de su frágil cuerpo.Cerró los ojos,pero no pudo evitar la tentación de volver a verla.Tan bella era,que le pareció uno de aquellos retratos que tenían en su casa o en la iglesia a la que la obligaban a ir,pero notó que era mucho más hermosa,con sus ojos,su pelo tocando el suelo=no así sus pies=y que la incitaban a ir hacia Ella llamándola claramente con sus brazos estirados maternalmente. De pronto sintió un olor fétido que acompañaba a la irreal aparición y vio un ser horripilante de un solo ojo, con la boca contorsionada en una horrible mueca,rostro opaco,casi negro,que estaba parado frente a ella,observándola,a escasos segundos de tocarla;trató de moverse para poder escapar pero le fue imposible y sintió una mano inmensa que le tomó el hombro sacudiéndola,sacándola de su estupor.El miedo la invadió por completo y comenzó a golpear con sus pequeñas manitos al Ser que la afirmaba y que no la dejaba ir.Cerró los ojos,gritando con fuerza por ayuda,pero bien sabía,que en ese camino solitario nadie la escucharía... Quizo seguir gritando,pero de entre sus alaridos escuchó la voz ronca de su padre intentando calmarla.Su respiración se detuvo y mirando a todos lados se dio cuenta que,tanto la Señora como aquel Ser ya no estaban y llegó a su casa a punto de desmayar pero no contó nada,pues sentía pánico de lo sucedido a pesar de la preguntadera;recordó el regalo que traía y por más que buscó no lo encontró por ninguna parte...¡No tuvo fuerzas para llorar!. Se acercó a la ventana y miró la luna llena,que le pareció más grande de lo habitual.Le gustaba ver la luna en el pozo de la casa(aquello la calmaba) y fié en ese momento,cuando escuchó su nombre en un susurro y se encaminó,casi en trance, hacia el sauce frondoso donde éste se ubicaba;no le fue difícil correr las tablas que lo cubrían(como si alguien le ayudase) y observó el reflejo de su rostro por largo rato,hasta que ya no estaba ella sino la Señora que le miraba,sentada en las ramas del árbol,sonriendo,con sus manos cadavéricas acariciándola.Se levantó del suelo=ya que el pozo aún no tenía barandales=y salió corriendo mientras la oscuridad la alcanzaba junto a la melodiosa voz de la Bellísima Señora que no cesaba de repetir su nombre:
=¡Aída...!,¡Aída...!¡Aída...!
Al intentar entrar en su casa,se dio cuenta que la puerta estaba cerrada y comenzó a golpear y gritar enloquecida,mientras miraba el sauce y su aparición espectral y allí comprendió que,quién susurraba su nombre,era la Señora de los Infiernos. Cuando ya desfallecía,la puerta se abrió de par en par,dejando ver a su madre con un balde en sus manos,pero Aída,gritaba de tal manera,que entraron raudas,asustadas las dos:una por ver la espectral aparición,la otra por los chillidos descomunales de su hija.Al cerrar la puerta,Aída miró hacia el pozo y notó con temor indescriptible,como la Señora desaparecía en un manto de neblina espesa,con una sonrisa siniestra,alargando sus delgadísimas manos,flotando suavemente sobre los crisantemos. Fué en vano que le preguntaran qué tenía;su llanto convulsivo no daba respuestas a lo sucedido y la enviaron a la otra habitación,mientras los padres cerraban puertas y ventanas,para luego mirarse en silencio con el rostro pálido;entre sollozos,Aída se quitó el uniforme escolar,se puso un pijama y peinó su largo cabello rojizo,que le llegaba casi a las rodillas;al abrir las sábanas de su cama,vio con ojos desencajados por el horror,la bandeja que le había echo a su madre.
En ese momento,comenzaron a aullar los perros...

sábado, 14 de febrero de 2009

MONÓLOGO DE UN OLVIDO

Aquí estoy sentada frente a un aparato sonoro,
con imágenes en torbellino,dónde los seres aquellos,que dan movimiento al mortal y del cual yo no entiendo una jota lo que dicen,tratan de elevarme el ánimo.
Aquí poso mis ojos cada día,pues no tengo dónde volver la vista:todo está cerrado.Todo.Hasta mi enjuta alma...
Siento cada respiración,
cada sonido de mi pecho y no puedo sentir lo que dicen aquellos que intentan alegrarme.Los escucho,es cierto,pero no puedo descifrar su código.Y aunque trato inutilmente de lograr "leer entre líneas" aquellas imágenes,no comprendo...
Estoy sentada y aún así me siento débil.Mi cansancio es interior y no puedo recordar porqué.Siento a veces,muchas veces,que tengo algo taladrándome el cerebro,pero no acierto a saber que es.Me encuentro totalmente catatónica frente a éste emisor de alegrías difusas,sonrisas vagas,pero no encuentro razón alguna para yacer aquí...¿tú sabes porqué moro en éste lugar?.
Ya sé que estoy vieja.Que mis movimientos no son los de antes y que aunque parezca lúcida,frente a tí,soy un estorbo.Lo noto en tu mirada.En aquella mirada fiera cuando mueves tus labios y me giras tanto que duele.¿Porqué estás así?.Porqué ese brillo maligno en tus ojos cada vez que te acercas a mí?.¿Quién eres?.Dímelo.Y repítelo mil veces,pues al anochecer,incluso antes,ya no recuerdo nada más que éstas imágenes que se alborotan en aquel extraño aparato que a veces eleva sus voces hasta hacerme perder el sentido...
Y entonces,tú,mortal maldecido, te ufanas alegre por que me hiciste dormir.
Yo no duermo.Viajo rauda al abismo del olvido,hasta el momento en que olvide tu rostro,así como también olvidé el mío.
¡No te enfades!.Ya no veo ni escucho.Ya no sé quién soy.Olvidé por completo cual era mi destino;no puedo acordarme que era lo que debía hacer...No es mala intención,no es desidia;tan sólo mi cuerpo olvidó su camino así como también mi mente.
Pero,tengo un sentimento ¿sabes?.Aún queda algo vívido en mí:sé que te quiero.
No sé porque debo hacerlo,¿podrías decírmelo tú?.
¡Ah!Es mejor que evada la "mirada",pues siento tus ojos.Tienen aquel brillo que me asusta.Gesticulas,te mueves por todos lados.Siento el aire que te sigue en tu furioso andar.Y no logro comprenderte.No puedo hacerlo.Pues yo...no te conozco.
Aquí estoy,otra vez,sentada.¡No!.Estoy acostada.Cómo al principio todo está cerrado,pero hay una diferencia:éste lugar es mucho más pequeño que aquel dónde yo estaba.Tan pequeño que me aprieta y no logro moverme.Tan pequeño que logro escuchar tu voz diciendo,sutilmente,que has terminado tu labor,tu sacrificio...y aquel suspiro,que exhala el peso de tus hombros,me intimida el alma y me hace caer a aquel abismo dónde quedaré sumida para siempre...
¡Oh,no te disculpes!.Sé que estás alegre.
Al fín,el estorbo no estará ya más.Y tú podrás seguir gesticulando,pero ésta vez,ya nadie te oirá.
Y entonces tú,mortal maldecido,caerás irremediablemente al abismo del olvido,rauda...pero al contrario mío,lograrás escapar y recordarás hasta tus más mínimos detalles y los relatarás a tu descendencia,omitiendo,(no así mintiendo),que hubo una vez un ser extraño,que inutilizaba tu vida.
Y al cual extrañas tanto,que durante las noches cuando todos duermen,dejas brotar tu llanto,ahogándolo con tus manos,sintiendo el dolor que yo alguna vez sentí,pero no pude decirte nada,pues,simplemente se me olvidó...

miércoles, 11 de febrero de 2009

OH!,MUERTE


Oh! Muerte,
Manto negro cernido sobre mi estirpe
llanto incansable y agotador sufrir.
¿Porqué si sabemos de niños que existes,nos das tal dolor a la hora de morir?
.Sublime figura escondida en mi seno,
¿saldrás de mi alma si quiero partir?
¿o acaso serás infaltable veneno,
tan sólo por que hoy me quiero extinguir?.
Oh! Muerte,
arrollador suspiro...
Feliz el que logre en su cama yacer.
Ay! del que te encuentre plagado de llagas,
(tal vez el individuo no debió nacer).
Alcanzar el vuelo desde mi ventana,
no extiendas tu manto
¡déjame caer!.
A veces,tan sólo,déjame ser libre...
Oh! Muerte,
yo sólo quería descansar
y tú,
solitario cazador de almas,
me duermes,más me vuelves a despertar...

martes, 10 de febrero de 2009

¿Ésto es llorar?

Escondida en el rincón más oscuro de la casa,dónde sé a ciencia cierta que nadie puede encontrarme,saboreo mis lágrimas que por fin caen en silencio;las he contado:no son más de cuatro o cinco,pero si éso es llorar,he llorado...
                             
No siento aquella tranquilidad de la que me han hablado.No siento el sosiego del oleaje moribundo.No siento el susurro del cementerio antiguo ni la paz tan anhelada de los errantes.
Quizá mañana,tal vez otro día.Otra noche.Quizá nunca.
Pero aún sigo oculta,por si en algún momento,se desata la tormenta esperada.No quiero que me atrape de nuevo.

domingo, 8 de febrero de 2009

Aún insomne...

Ya es casi de madrugada y aún no tengo sueño,ni miedo,ni ofuscación.Siento los ojos pesados,como si hubiesen soplado arena en ellos;no he llorado en tanto tiempo...Creo,que el mismo tiempo de insomne. ¿Cuánto tiempo se puede permanecer así?.¿Durmiendo a ratos,con sobresaltos,leyendo mis libros o viendo mis películas de terror?. ¡Acaríciame,Morpheo!. Tan sólo quiero dormir un poco===

LA IGLESIA

="¡No mires atrás,que te llevará el Diablo...!" .

Las palabras de la abuela sonaron huecas en aquella iglesia casi desolada y Anabel mantuvo, aunque no quería, la mirada fija en el Dios Crucificado.Comenzaba a tener frío y hambre;llevába ahí un buen rato y ya se entumía su cuerpo,arrodillado en las frías piedras que pulían las beatas y donde su rostro se veía más pálido. Odiaba aquel lugar:el olor a velas,las interminables oraciones que la obligaban a estar en una posición incómoda tanto tiempo,venerando un Dios en el que nunca había creído. Miró de reojo los labios resecos de su abuela y cada arruga que se le formaba al entrecerrar los ojos,tratando de entender la ininteligible y larguísima oración que tanto la asustaba.Miró hacia el suelo y trató de recordar cuando fué la primera vez que la oyó,más sabía que era desde que tenía uso de razón,pués en aquel pueblo,nadie faltaba a aquella iglesia ni un solo día y por esa razón la maldecía cada vez que podía.Sintió tres golpes secos y abrió los ojos asustada;debía seguir el rito de la anciana,así que empunó su frágil mano y golpeó su pecho repitiendo:

="Por mi culpa,por mi culpa,por mi gravísima culpa".

Y cada vez se preguntaba por que tenía que pedir perdón frente a una imagen,sino había cometido nada. Volvió a mirar a su abuela y ésta le hizo un gesto de desagrado;bien sabían todos que a Anabel no le gustaban los rezos ni mucho menos ir a las mentadas misas ¿pero qué podía hacer ante la orden inexcusable de la rígida anciana por la que sentía un profundo sentimiento de temor, lástima y odio?;jamás la había querido:la detestaba con todas sus fuerzas,no solo por que la obligaba a asistir a misa sino por que insistentemente la golpeaba con su bastón,según ella para alejarla del Diablo que ya tenía la mitad de su alma,cada vez que miraba hacia atrás;quería moverse pero si lo hacía agregaría otro moretón a su brazo,producto de los pellizcos de su abuela que enojada la haría volver a repetir la oración,así que,como siempre,hasta donde abarcaban sus ojos,repasaba una y otra vez las paredes de piedra de aquella pequeña,pero fría y lúgubre ermita,que conocía de memoria. De pronto,sintió la necesidad extrema de volverse;miró de reojo a su abuela y la encontró en completo extásis y sigilosamente miró sobre su hombro;todo el panorama cambió:la iglesia le pareció más fría,grande e incluso el Cristo Crucificado le pareció distinto. Notó que las paredes no estaban como antes sino como si las hubiesen revestido con algo viscoso que aún escurría por ellas;sintió asco pero un espasmo en su vientre le hizo exalar un suspiro y quizo tocarlas,palpar su textura,olerla,desnudarse y embadurnarse con aquella rara sustancia que había despertado en Anabel, sus más sórdidos deseos.Este pensamiento malsano le hizo soltar una risilla que recorrió en un eco pútrido los surcos tortuosos de las piedras de esa iglesia. Sintió el pellizco de su abuela,pero estaba fascinada con la idea de perder la virtud en aquel lugar,a manos de quién fuera,aunque aquello le costase la otra mitad de su alma;se levantó,adormecidos los músculos por tantas horas de rodillas y se dirigió,ávida y temblorosa a encontrarse con lo desconocido.Entre los bastonazos de su abuela y los gritos de las beatas que estaban allí en ese momento,comenzó a despojarse de sus ropas mientras reía convulsionante,arañando las paredes,besando cada palmo de aquel frío lugar.

De pronto,se escuchó un estruendo y en medio de la iglesia,justo en frente de donde estaba el altar, se abrió un foso de donde salían engendros que provenían del averno,dejando un olor sulfuroso que invadió el ambiente por completo espantando hacia un rincón al grupo de mujeres temerosas que intentaban detener a Anabel en medio de temblores tan fuertes que las hicieron caer. Invocando a aquellos seres que se acercaban sacrílegos a su cuerpo para mancillar con su pestilencia la virginidad que la muchacha ofrecía a Satanás,una y otra vez,contorsionándose en el piso,lanzando injurias,con los ojos inyectados en sangre,mientras aquellas manos(si así se les podía llamar a aquellos macabros esqueletos sanguinolentos a punto de deshacerse)que en medio de gemidos guturales estaban a punto de alcanzarla,para dar paso a sus más nauseabundos deseos.Una ráfaga de viento frío entró raudo por la antigua puerta,volcando las preciadas reliquias religiosas ,apagando los cirios y abriendo estrepitosamente las ventanas, en el momento en que Anabel era alcanzada por los grotescos demonios,como una serpiente que enrolla a su presa,entre quejidos de lujuria y espectrales gritos de victoria por el trofeo obtenido...

Desde un rincón,miraban incrédulas las ancianas,con sus rosarios en las manos,sin dejar de orar un solo momento,esperando al Dios que adoraban y que jamás se presentó...

sábado, 7 de febrero de 2009

Hielo


Cuesta estar sola,sin ellos,sin vida... ¡Maldita la hora!. Y,¿si no vuelven?,¿si me los arrebata?. Es lo único que me hace seguir adelante. Lo único que me hace reir un poco.
Lo único que me mantiene aferrada a ésta vida.¿Cómo es posible que haya pensado en tal idea siquiera?.Ellos no pueden estar sin mí.Jamás lo permitiría.
Que frío hace.Un trozo de hielo les atravieza el pecho.Hielo.Como el destrozado corazón que me obligó a hacerlo.
No debieron tratar de huir.. 


EL ROSTRO

Aquel niño lloraba triste y desconsolado junto al ventanal desde el cual podíanse ver alegres personas comiendo y charlando,como si nada de afuera les importase. El niño ,ensimismado en aquella tristeza, de la cual se es difícil escapar,me llamó la atención por una cosa en particular:sus lágrimas caían como torrentes pero no escuchaba el típico sollozo o el desgarrador murmullo al que te arrojan las olas de la pena insondable.Su mirada transmitía congoja y a la vez odio y repulsión.Su cara, blanquecina,de aspecto lúgubre(sería por tanto llanto),junto a su boca carmesí le daban un aspecto irreal.Las lágrimas dejaban surcos sucios en su rostro,que más parecían cicatrices de un intenso dolor llevado a cuestas por años,que un berrinche de niño mimado. Quise darle un mendrugo de pan,pero estaba absolutamente fascinado y opté por no hacerlo... Intenté preguntarle por qué tanta tristeza, por qué el llanto,pero estaba anodadado por la belleza inexplicable de aquel muchachito;jamás había visto tal mezcla de belleza y fríaldad,de serenidad y perturbación, de angélico y diabólico, de etéreo y corporal... Sí.Por que todo eso era lo que me transmitía,un laberinto abrumador que me atraía irresistiblemente.Así estuve por alrededor de unas cuantas horas;solo, mirando aquel rostro que me llevaba a la paz prometida por los curas de mi niñez y que jamás había tenido.De pronto,el niño me miró y esbozó lo que podría llamarse una sonrisa y con voz espectral dijo,sin quitarme la mirada irónica de encima: " -¿Qué miras, repugnante ser?.Largo de aquí;ve a sentir lástima por tí,en tu casa,mirándote al espejo del corredor al que tanto le temes desde niño,llorando lastimero por tus fracasos y los triunfos de otros.Triunfos que te llenan de envidia,odio y locura. Fracasos que te carcomen el alma corroída por tus insalubres lágrimas por no alcanzar tus miserables metas.Qué esperas,Manuel.Corre,como cuando te escondías de tu madrastra para que no te golpeara.Vamos, Manuel,tu insanidad te espera... Me corrió un sudor frío por el cuerpo;como sabía...miré hacia todos lados cerciorándome si alguien más había escuchado aquella ínfima versión de mi vida, pero todos seguían en su asquerosa alegría. Salí corriendo, mientras oía el llanto del niño envolviéndome por completo,internándose en lo más profundo de mi ser.Corrí, hasta que caí de rodillas sin poder olvidar el rostro de aquel niño.No quería recordar que me había dicho;no me interesaba.Lo único que veía en todo lugar,en todas direcciones,incluso cuando cerraba los ojos,era aquel bellísimo rostro;lo anhelaba.Incluso le ofrecí mi alma, mi vida entera(si es que tenía vida).Intenté implorar,pero había olvidado los rezos.Descuidé mi aseo personal,mis costumbres más arraigadas,mis paseos del sábado por la tarde;olvidé mi familia.Me aislé por completo de ellos,su miserable faz me perturbaba;solo quería la del niño,quizás por última vez.(Yo deseaba que para siempre). Perdí mi trabajo ,mi familia.¡Que me importaban!. A cada rato,según ellos, por mi "brusco cambio",venían a importunarme pidiéndome que recapacitara,que volviera en mí.Que aún había tiempo. Perdí todo,excepto la imagen sacra del niño grabada profundamente en mi memoria.¡No!.Solo querían apartarme de su rostro,¡porque yo lo había encontrado y no ellos! .Temblé, sentí hambre pero,me negué a comer.Mi cuerpo se estaba convirtiendo en un escuálido guiñapo,sucio,mal oliente e indigno que ansiaba ver de nuevo la cara del infante,como si de eso dependiera mi ser.Debía encontrarlo a como diera lugar y levantándome salí,cual ebrio tras su etílico brebaje,buscando entre las calles la razón de mi existir,el aire de mis pulmones secos, la sangre putrefacta de mis venas,hasta que en un rincón pestilente de mi vecindario,lo ví.No era el niño en su majestuosa tristeza,sino muchas pinturas que captaban trazo a trazo su belleza infinita,celestial y demoníaca;lo acaricié,lo besé,reí como un loco,arrodillado en el pavimento húmedo y tomándolas ,salí huyendo despavorido de aquel lugar mientras oía improperios y juramentos que me maldecían,pero que, mi estrepitosa risa opacaba por el botín substraido. Puse cada pintura en las murallas de mi habitación. Observándolas por largos períodos,riendo estrepitosamente o llorando por no tenerlo cerca,invoqué a los seres del averno para que me ayudasen en mis ansias enfermizas y así poder ver su rostro perfecto desde cualquier punto.Girando y riendo,insano y cuerdo;memorizé cada centímetro de aquella habitación,única en el mundo,echa solo para mí. De pronto,no sé cuándo ni cómo, comenzé a oir su llanto: lo busqué por todas partes,gritando y rompiendo todo a mi paso,hiriéndome el descarnado cuerpo con los trozos de vidrio y estrellando la cabeza contra las paredes mil veces al no encontrarlo.Juro que primero fue un gemido,luego un llanto incontrolable y un torrente abrupto de lágrimas brotaron de mis ojos nublándome el alma (si es que alguna vez llegué a tenerla...) al darme cuenta que no estaba ahí.Posteriormente se hizo estridente y ensordecedor a tal punto, que no soporté aquel griterío dantesco, legado del más allá.No sé como,no recuerdo cuando llegaron ni por qué comenzé a golpearlos de esa manera.Tal véz,fueron sus voces al unísono con el llanto,lo que me hizo actuar así.¡Aún siento el olor de la sangre en mis manos!.Los masacré bestialmente,apilándolos en la habitación.¡Querían arrancar cada pintura y no podía permitirlo!.Después, mi cuerpo al no tener fuerzas por tantos días sin comer, comenzó a sentir los calambres del hambre y sin más, me senté ante ese magnífico festín que me había regalado el prodigioso niño (¿quién más podría ser?),para ingerir trozos de los cuerpos frescos,beber de la sangre tibia,hasta quedar totalmente satisfecho.Fué un manjar delicioso,la ambrosía tan buscada y me la habían dado a mí. Fue ahí,cuando me dí cuenta que pertenecía por completo a todos los seres infernales que había invocado: =Sammael,Astaroth,Bafomet,Tamuz,Belial,.Baalbe-rith,Moloch... Y me ofrecí para siempre,como su servidor a cambio de poder ver al niño,tan solo un mísero segundo...¿Quién no habría echo lo mismo por sentir,tocar,oler y mirar por siempre ese rostro perfectísimo,que yo,solo yo, había encontrado?No sé cuando llegó más gente; me aferré con tal fuerza a los trozos de su retrato,mordiendo con voracidad la carne fresca y deliciosa y escupiendo a quién osara quitármelos, mientras vociferaba como animal poseído que aquello era absolutamente mío;¡y me importó un carajo que me ataran y me inyectaran!,pues en la quietud del adormecimiento que me invadía,su carita se acercó tanto a la mía que, aún ahora,al cerrar los ojos puedo ver la pálida e inconsolable faz balbuceando mi indigno nombre.

viernes, 6 de febrero de 2009

¿Cómo?

¿Cómo puedo comprenderte si eres tan agreste?.¿De qué manera flota una espiga,plagada de penas,llantos y dolor?.¿ Cómo se acaban las cosas en un segundo?.
Ya no hay vuelta atrás.No hay regreso después de tanto daño.
¿De qué manera uno tu desmembrado cuerpo a éste despojo sin vida?.¿Cómo limpio la sangre de mis manos?.
Si hablaras me lo dirías,¿verdad?.¿verdad?.
                                       

miércoles, 4 de febrero de 2009

ANSELMO

El camino estaba tapizado de hojas oscuras,mojadas por la lluvia de la noche anterior.Anselmo caminaba despacio silbando una melodía apenas imperceptible entre los quejidos del viento.Había terminado su jornada de trabajo y ansiaba llegar a su casa por un buen sorbo de café para paliar el frío de la noche.Estaba despejado;se veían las nubes oscuras queriendo atrapar la luna y respiró hondo aquel aire limpio que lo hizo estremecer. Había pasado por ahí muchas veces,tantas que ya no se podían contar y lo único que realmente conocía bien de aquel pueblo que odiaba tanto,era ese camino bordeado de arboles y siempre húmedo por la escasa luz natural que le daba;sintió un escalofrío y apresuró el paso.Sus sentidos estaban alertas,cualquier ruido lo hacía sobresaltar y su corazón latía presuroso por llegar al final del camino enraizado a los arboles que le daban un aspecto fantasmagórico.Otro escalofrío.Y otro más... Buscó entre sus cosas algún cigarrillo,pero se detuvo en seco cuando escuchó a su alrededor una carcajada de ultratumba. La risa venía de todas partes;lo envolvía como un torbellino amenazante.Respiró hondo y caminó raudo en dirección a su casa,no faltaba mucho así que no había de qué preocuparse y siguió silbando sin poder contener el frío que le carcomía los huesos.Intentó mirar hacia atrás,pero el miedo lo sacudía por completo y sin dejar de caminar,cerró los ojos.Apretó con fuerza su morral y comenzó a correr.Sabía de memoria el camino,pero se detuvo de nuevo al oír un susurro espeluznante. No entendió bien que decía o no quiso hacerlo.Abrió los ojos y escudriñó en la oscuridad,solo hasta donde podía,pues no tuvo el valor para girarse y ver hacia atrás.Sintió un olor pestilente que hería su olfato y un cosquilleo en su nuca que le erizaron los vellos de su tembloroso cuerpo;volvió a cerrar los ojos y apretó con dureza los puños,no tanto en forma de defensa sino, por que no soportaba el terror.Así estuvo largo rato,escuchando los latidos de su corazón y su respiración entrecortada,los quejidos del viento y el revoloteo de unas alas.El olor se hizo cada vez más insoportable. Anselmo abrió los ojos pensando que se podría tratar de un animal muerto y que la fatiga le estaba jugando una mala pasada,pero quedó estupefacto ante el panorama:ya no estaba el cielo despejado sino que una espesa bruma cubría el paisaje donde todo le pareció más aterrador; se dio cuenta,después de unos minutos,que aún faltaba mucho para salir del camino y quedó paralizado. Parpadeó muchas veces intentando reconocer algo,pero lo único que le pareció conocido era el camino que lo aterraba y que lo llevaba a casa junto a los esqueléticos álamos,amenazadores y espectrales.Miró hacia el cielo y se espantó de la luna negra que iluminaba de forma fantasmal aquel tétrico lugar,como así del camino polvoriento y seco,que en nada se parecía al húmedo y desolado sendero que él conocía.Apuró el paso y el crujir de su caminar le aceleró la respiración y los latidos del corazón desbocado.Una gota de sudor frío bajó por su frente...
La bruma se hizo espesa,tanto, que caminaba a tientas,estirando las manos y palpando los bordes de los álamos para tener una guía;sabía que debía caminar en línea recta,que pronto estaría a salvo con un buen café en las manos,junto a su mujer,pero la noche se hacía cada vez más oscura y fría;temblaba a sobremanera y comenzó a buscar en sus recuerdos los rezos olvidados y maldijo en voz alta por no llevar el pequeño crucifijo que ella le diera.Era un hombre hecho y derecho y sonrió vagamente por sentir miedo;sumido estaba en ese pensamiento,cuando escuchó la carcajada seguida de un estremecedor gemido.De entre el follaje escuálido creyó ver un Chon-Chón que lo espantaron aún más y cuando escuchó su fatídico canto(si así se le puede llamar al "tué-tué" estrepitoso que solo anuncia desgracias),repitió en voz alta lo único que le vino a la mente:
="martes hoy,martes mañana,martes toda la semana".
Sin saber siquiera,lo que significaba o por qué lo había dicho. El hedor se hizo cada vez más insoportable y como llevaba mucho rato caminando por el hostil camino que nacía y moría en la noche,se dejó caer al suelo con los pies acalambrados y la respiración fatigosa;escuchó la horrenda carcajada seguida del estremecedor canto que más parecía un llanto sarcástico arrancado de los confines del infierno y apretó con fuerza entre sus heladas manos el morral sin saber que decir. De pronto,sintió una respiración gélida sobre su nuca y su pecho latió endemoniado al escuchar desde la oscuridad profunda una voz macabra que le preguntaba:
--¿Dónde moras...?
Corrió,pero el ser aquel,con su fatídico"tué-tué",repetido mil veces,revoloteaba sobre él con su fetidez y su aliento gélido que hicieron que Anselmo,aterido y cansado,cayera de bruces al suelo donde el crepitar de las hojas de aquel camino desconocido,morada de los temores más absolutos,atenuaron su caída en un eco mortal que espantó por unos minutos su pavor. Resopló, fatigado y frustrado tratando de entender qué sucedía,cuando sintió un arañazo que destrozó su espalda.Su grito fue opacado por el cántico del Chon-Chón,mientras era lanzado como un juguete,varios metros más allá;se levantó como pudo y trató de correr,mientras el miedo lo envolvía por completo,nublando sus pensamientos al ver aquella horrenda figura que parecía sacada de lo más oscuro del infierno y que, a Anselmo le pareció una cabeza sanguinolenta
--¿Dónde moras...?
Con su último aliento,negándose al suplicio insidioso de ver vagar su alma en las llanuras,cual candelilla,aferrado al suelo pestilente y reseco respondió,mientras su cabeza era cercenada por aquella garra del averno:
--En el insomne terror nocturno...

A la misma hora,preocupada por la tardanza de Anselmo,su mujer abrió la puerta al escuchar un ruido.Se estremeció y entró rápidamente,mientras repetía en voz baja:
--"Martes hoy,martes mañana,martes toda la semana...".
A lo lejos se divisaba la figura de Anselmo.



Icebergs


Sentada en un rincón,abucheaba por los nombres olvidados,alabada por los nombres recordados,miro hacia atrás y siento que mi Ser es hielo profundo sacado de lo más hondo de los icebergs.Pues soy como ellos:sólo se ve una ínfima parte de mí en éste hostil mundo en el cual moro,acelerando las tristezas,aletargando las alegrías que proporcionan los hijos,los amigos,el perro...



Vivo en un pueblo maldito,escuchando los susurros que provocan mi existir,pero ellos no saben que aún soy fuerte y podré sentir de nuevo las risas olvidadas en el tiempo;aquellas que quedaron atrapadas en el espejo del antiguo hogar===

EL CLÉRIGO


No sé porqué,pero siempre esperábamos el último rescoldo de brazas a punto de morir,parar comenzar a escuchar las historias,tras un largo día . Nos sentábamos en unas bancas de madera a punto de derrumbarse,con un tazón agrietado que humeaba té con leche,o café con el mismo aroma de la mañana en que dejamos nuestras casas para salir al trabajo y una marraqueta tostada por las brazas. Alonso,el que narraba las historias que tanto nos gustaban,estaba distraído,sorbiendo el café espumoso y caliente que apenas rozaban sus labios.Era un hombre grande,tiznado y curtido que siempre llevaba encima un relicario que parecía de plata.Todos le teníamos harto respeto;era amable,educado,demasiado para trabajar en el campo y jamás le oímos un resoplo de fatiga y eso que era el mayor de todos.Vestía un traje gris que resaltaba sus grandes ojos negros y su boca era,en contraste con su rostro ancho y fuerte,una sutil linea delgada que parecía, apenas ,un trazo de niño que estaba aprendiendo a escribir.


=¿No nos va a contar nada,oiga?=dijo Molina.Hombre pequeño,pero fuerte a la hora del trabajo.
Alonso lo miró,se movió un poco y contestó que ésa noche no estaba para historias.Que lo dejaran tranquilo...
Todos nos miramos;aquello era inusual en nuestro arquetipo de vida.Algo andaba mal y ninguno se atrevía a preguntarle al hombre enmarañado en algún lejano y tal vez doloroso recuerdo, que lo mantenía a en un profundo silencio.
De pronto,dijo con voz ronca,como acostumbraba:

=Hoy es noche de San Juan...Ahí les va ésto:

" Hace años,cuando era joven,salí por ahí,en un lugar que no viene al caso,a tomarme unos tragos con unos que se decían mis amigos.Cuando ,ya bien entrada la noche,me quise ir,uno de ellos me advirtió del camino que se cruzaba con la casa del cura Enzo,que había llegado con su cuento del evangelio.Quería hacer una capilla y bautizar a todos los que habían nacido,según él,sin la venia del Señor.Como estaba borracho,no le hice caso y me fui no más,refunfuñando que a mi nada de curas o clérigos o algo por el estilo y ni puse atención a lo que decía entre su verborrea asquerosa y mal oliente.
El viento,me refrescó la cara y poco a poco se me fue espantando la borrachera.Comencé a pensar en lo que había gastado,teniendo apenas para comer y me sentí un poco culpable,pero,como dicen por ahí"a uno se le calienta el hocico".
Todavía me faltaba mucho por llegar a mi casa y como no tenía ganas de caminar,tomé el camino cruzado.Me fui silbando una canción añeja,cuando de pronto vi unas llamas que se veían a lo lejos.Pude haberme apurado,pero el solo hecho de ayudar a quién me había llamado la atención una vez por culpa del trago,me hizo disminuir el paso.Incluso tuve la desfachatez de encender un cigarro y sentarme muy tranquilo a echar unas pitadas.De pronto se me acercó el clérigo ese,y me suplicó ayuda.Pero yo estaba demasiado ocupado en mí mismo,como para pensar en un maldito cura...Y sin más le pegué un puñetazo que lo dejó tirado en el suelo mientras veía como se consumía la capilla,dejando al desnudo su lúgubre esqueleto. Me fui silbando,a paso lento,para terminar mi cigarro. 
No más llegué a mi casa y me quedé pasmado:ahí estaban mis viejos tomando café con el hombre al que yo había golpeado.No estaba sucio o algo por el estilo,ni se veía cansado por llegar antes que yo;al contrario¡ estaba fresco como una lechuga...!Me saludó y yo,en mi terror no atiné,sino a correr a mi pieza,que quedaba al fondo del pasillo.Tenía unos veinte años por lo que,pensé en mi miedo,seria una visión del trago que ya me estaba carcomiendo el ser,como a aquel tío solitario,que cada vez que tomaba,decía que su cama era el ropero de tres cuerpos que ocupaba casi toda la habitación,en medio de gritos,insultos,escupitajos y lloriqueos de una mujer,que nunca se supo de donde venían y que aterraba hasta al más valiente de los peones.¡Como no,si cada vez que chillaba aparecía esa mujer blanca, menuda,que al mirarnos movía la cabeza y se iba en dirección al maldito ropero,dejando el ambiente frío y con un pestilente olor a azufre.! Me vi en aquella habitación.Pero en vez del llanto de la mujer,estaba el clérigo con su sonrisa,que mas bien era una mueca de aspecto tenebroso y sarcástico.Temblé.Olfateé el olor a azufre y como un niño cerré los ojos,aterido,pensando que lo que veía no era cierto:pero,no.Allí estaba yo,entre gritos,blasfemias jamás escuchadas y el maldito clérigo con su burlesca sonrisa y sus ojos negros y maliciosos. Comencé a golpear con fuerza todo lo que estaba a mi paso.Sentí mis manos calientes y espesas y blasfemé y grité y lloré hasta que el sonido ya no salía de mi boca.Maldije una y otra vez y le pedí con ansias al Diablo que me sacara de encima al cura.No recuerdo cuanto rato estuve así,solo sé que aquella mujer sonreía y me decía con voz baja que acabara con todo.¡Y así lo hice!. Al otro día,vi con mis ojos hinchados de tanto llanto,la sangre seca que cubría mis manos y gran parte de mi ropa.Las paredes salpicadas,los vidrios rotos,los cuerpos desmembrados... De pronto,mi cerebro comenzó a ordenar el tétrico rompe cabezas.Me levanté como un loco y comencé a buscar al tipo de la sotana,pero por más que buscaba entre los restos de la casa,no pude encontrar nada.Respiré profundo y empecé a buscar a mis padres.Y encontré los restos esparcidos por la casa: había cometido un crimen bárbaro.En un acto de irracionalismo,me bañé y vestí para luego salir en dirección a la capilla y cerciorarme que el viejo de la sotana aún se encontraba allí. Había un gran tumulto.Todo era cenizas,Lo único que quedaba en pie era una imagen de la Virgen negra de Montserrat,que el clérigo había traído consigo.En medio de miradas extrañas volví a mi casa, rogando a un Dios al cual jamás había venerado,que todo fuese un delirio por tomar tanto.Al abrir la puerta,el olor a sangre hirió mis narices y cerrando los ojos caí de rodillas e intenté gritar,pero mi garganta cerró el paso del dolor.Lloré y volví a maldecir...Esperé la noche,comí un poco e incendié la casa.Sin mirar atrás,escuché en medio de las llamas el lloriqueo de una mujer.Me estremecí y salí corriendo;Al llegar al cruce de caminos me topé con el cura Enzo y vi en sus ojos la maldición que me acompañaría hasta el día de mi muerte..." .

Molina y los otros quedaron en silencio.Hacía frío y ya habían sorbido el último tazón de té,que no entibiaba ni el alma.De pronto,Alonso se levantó,sacó una vieja escudilla decorada con un motivo con tres aspas y lo colocó sobre las cenizas.Sobre ella puso unas monedas,que los otros no reconocieron y tomando una imagen de una Virgen negra,comenzó a rezar.El monólogo era ininteligible y con la oscuridad y el frío de la noche,tomaba un acento espectral.Al terminar,se levantó y tomando las runas y la escudilla,envolvió en una tela vieja todo lo que había sacado y lo guardó con sumo cuidado. Mirando fijamente a los peones,dijo con su acostumbrada voz ronca:
-Hoy es noche de San Juan.Él debe estar por llegar;es tiempo de que se vayan a sus casas.
Todos estaban impávidos.De pronto,en un murmullo casi imperceptible se escuchó la voz de un viejo que repetía sin cesar:
=¡Alonso,me estás matando!.
Salimos despavoridos,mientras oíamos los rezos de Alonso,el acento gutural del cura Enzo y el lloriqueo de una mujer...

lunes, 2 de febrero de 2009

Cuando no tienes sueño...


Insomne,perenne,de luto y...sonriente...

Buscando entre cosas olvidadas el Amor que se escapó por mi ventana.
Quizás algún día logre que entre por mi puta puerta desvencijada...que se mece al vaiven del sueño olvidado.
Talvéz,asi logre dormir===

LA SEÑORA

El 10 de mayo de 1977,Aída caminaba asustada por un sendero gris y desolador,ignorando el tiempo que llevaba allí. El frío arreciaba y su...

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