El Secreto.

  

Al cerrar la puerta,luego que ellos salieran felices por la noticia recibida,Aldo sacó de un baúl viejo y celosamente guardado una carta amarillenta,casi olvidada por el tiempo. En ella,se leía de forma borrosa la nota enviadada por la monja del convento de las Carmelitas:  "Sr.Pastene: debido a las pésimas condiciones de salud de la infante que nos envió,debemos informarle que,lamentablemente,ella ha fallecido en el curso de la semana. Nuestras condolencias por tan lamentable pérdida".-  ¿De qué manera iba a decirle a aquella muchacha que la niña que llevaba de la mano,no era el fruto de su vientre?.¿Cómo podría volver a romperle el corazón,después de lo que tuvo que hacer por órdenes superiores?. Y volviéndose hacia la chimenea,la encendió,dejando que aquella carta se consumiera para siempre,olvidando el consejo de la vieja monja moribunda:  "¿Llevarse a ésa pequeña?.Sr.Pastene,ella es la encarnación del mal,no puede...no debe. ¡Diga la verdad!.Diga que la verdadera hija ha muerto y que eso es el engendro de Satanás.No puede ser partícipe de una locura así.¡Por Dios!!!.Señor Pastene,¡tenga misericordia!.  No.El fuego había consumido la carta delatora y el fuego sería el comiezo de la nueva vida,en las manos de la pequeña,que antes de salir junto a su madre,se volvió hacia Pastene y esbozó una maléfica y confiada sonrisa,que hizo que el viejo,se estremeciera y cerrara los ojos con desazón.El mal había comenzado.