Cuantas veces he dejado la ventana abierta para saborear las estrellas y mecerme suave junto al viento, mientras la esperanza se desvanece en un frío beso estampado de soledad; cuántas veces he tratado de sobrevivir todo este tiempo pensando en lo que hice, en lo que pude hacer y en lo que haré apenas salga de este claustro.En el porqué estoy aquí.
No soporto los mecanismos de tortura.Me araña, me aprieta, me sofoca.Cuál es sus manía de hacerme sufrir de esa manera, si no me conoce y yo no tengo absolutamente ningún deseo por conocerlo.
Lo que más me molesta es aquella luz que casi me ciega.Me gusta ésta oscuridad.Acá está tibio, dulce y suave.A pesar que la única entrada y salida es esta pequeña ventana por donde puedo ver una tenue luz.Salvo por aquella enceguecedora luz que me provoca dolor y náuseas.Aquella luz mas fuerte que me aterra.
Su fascinación por despertarme a deshora, moverme, estrangularme, gritarme; me tiene harta.
Su traje blanco y aquellos fríos guantes de látex que me atormentan y me hacen saltar cada vez que intento conciliar el sueño.
Es tan asquerosamente perturbador su forma de manosearme, que lo único que me hace seguir adelante es mi sed de venganza.Si tan solo supiera porque estoy aquí.
Siento a, veces, un dolor lacerante en mi ser.Un dolor tal que me hace perder la conciencia y el hastío se vuelve el fiel acompañante del día y de la larga noche.
Solo aquel susurro que me llama a la calma, me mantiene con expectativas por saber que hay más allá de la luz.Aquella voz suave que me mece, me acuna con suaves caricias, me hace sentir realmente con vida…Esa voz que me entrega felicidad eterna.
Sobre todo cuando a veces, siento un horrible pinchazo, un dolor lacerante que me contorsiona, pero al escuchar aquella voz, me vuelve la calma y cierro los ojos, me acurruco y me dejo llevar por la dulzura.
Hoy, he sentido un dolor aún peor.Algo me empuja a ir hacia la luz.Un dolor que no me deja respirar y ha cambiado todo en mi entorno.
He sentido mas a menudo las voces y las torturas.Porque el castigo, cuál ha sido mi crimen…
Me quedé dormido de dolor y al despertar, he visto como dos garras de metal se acercan a mi cabeza y tratando de atraparme,a través de un extraño túnel.Una voz, que no conozco, grita y pide algo.Me muevo, tratando de huir de aquellas garras, pero me ha atrapado.Me duele.Creo que moriré.
El hombre de la voz ruda grita que tiren. ¡No! ¡Me hacen daño, no!
Hay sangre por doquier. ¿Estoy sangrando? La luz se hace cada vez más insoportable, me ciega y lacera los ojos.Mi cabeza está atrapada y trato de huir, pero aquellas garras me aprietan y me falta el aire.
Soy absorbido por la luz de aquél túnel y la luz me envuelve de forma tibia, en medio de un bullicio aterrador y dejo seducir por el calor de la muerte.
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-Señora Ana, es una hermosa niña.
-¿Otra niña? Ya es la séptima hija.Habrá que intentarlo otra vez.Aunque este a punto de morir de nuevo.No me daré por vencida para traer un varón a éste matriarcado.