El corvo

La puerta se abrió de golpe y el Hombre embravecido buscó en la única habitación,el corvo de cacha blanca que lo acompañaba siempre a excepción de aquella noche.
El otro hombre entró llorando y se sentó en la cama de la niña con la cara entre las manos.La Mujer,esposa del hombre del corvo,con los ojos llenos de lágrimas,preguntaba qué había sucedido,entre sollozos y súplicas que se desvanecían en el aire.
Con los gritos despertóse la niña,que saltó de su cama asustada por el bullicio de los adultos.
El padre,que blandía en sus manos el corvo,augurio de la muerte que se avecinaba,no tuvo ninguna misericordia con los ruegos de su mujer,que pedía a gritos por la vida de su hermano,mientras la niña cubría con su cuerpecito endeble,el del tío que gritaba de terror al ver el cuchillo en alto.
_Por favor,hombre.La niña_repetía el hombre llorando y suplicando por su vida,tirado en la cama con la niña sobre su pecho.
Pero el odio,había enceguecido de tal forma al dueño del arma mortal,que sin pensarlo dos veces,lanzó lejos a su hija y acertó incontables puñaladas que dieron término a la existencia del malogrado hombre.
La mujer,con un grito desesperado,trató en vano de contener al agresor,pero éste,de un certero puñetazo,la lanzó sobre un velador dejándola sumida en un profundo llanto,que dejó una especie de manto oscuro sobre la habitación ensangrentada.

                                         
Al otro día,con el primer rayo del sol,levantóse la madre y cogiendo a su hija,empacó algunas cosas para emprender el viaje.
Nadie le miró cuando abandonó la casa.Nadie le miró cuando se volteó por última vez a ver lo que otrora fue su casa.
Al llegar al camino que cruzaban los grandes y escuálidos álamos,se detuvo de improviso.Grandes piedras impedían el paso.Se preguntó que fuerza sobrehumana las había levantado.Solo una idea cruzó por su cabeza:habían sido lanzadas por el hombre del corvo,como último recurso pra exterminar a su cuñado maldito..La razón se la había llevado para siempre a la tumba la noche anterior.
Respiró.Subió a la niña sobre una de las piedras y luego ella misma se dió maña para saltarlas.No miró atrás.
El columpio donde su hija jugaba tiernamente,quedaba ahora en el recuerdo.