No siento miedo.Su cuerpo está dentro de mí y me subyuga.
Él cumple mis más siniestros deseos.Mi crueldad y sadismo no tienen límites:los miro a los ojos y reparto sus vísceras por la calle;un hilillo de sangre corre por sus bocas.
Los lobos aúllan con frenesí y me incitan a seguir jugando.
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