No era posible admitir como una mujer tan llena de fuerza y vigor como Lucífuga ,había llegado hasta tal extremo.Estaba demacrada,con sus ojos casi salidos de sus órbitas y sus labios como el Atacama.Ya no era la chica de antaño:aquella bien arreglada y lozana que atraía la mirada de los hombres y la envidia de las mujeres.
No.No era ni la sombra de antes.Ahora,simplemente no era nada.Ya ni siquiera cantaba ni tampoco se le veía reír animadamente,si no que esbozaba una frágil sonrisa,fúnebre,apagada,sin la gracia de su otrora risa de jilguero.No le atraía nada en lo más mínimo.Estaba...¿cómo decirlo?.Podría decirse que asustada por alguien o por algo...
Ni siquiera la visitaban sus amigos.¿Porqué visitar a alguien que no tiene la menor fuerza de voluntad en parecer bien a los ojos de los demás?.No gastarían su tiempo en visitas lúgubres.Ellos querían vivir la vida,ésa vida llena de placeres y sonrisas.Y Lucífuga,ya no vivía.
Acostumbraba a bajar las persianas ala caer la tarde,así no vería la tristeza de la noche.Pero eso ahora,pertenecía al pasado;las persianas no habían sido bajadas hace siglos y la oscuridad de la noche lo penetraba todo,inmiscuyéndose hasta en lo más recónditos secretos de la casa y en sus corazón de mujer sola.
_¿Porqué no sales?.Sabes que puedes ir donde se te dé la gana.Pero,¿porqué no te arreglas un poco?.¡Bah!.¡Vete al diablo!.No hay caso contigo.Te has convertido en una amargada.
No tenía fuerzas para sonreír a sus recuerdos.Hacía un año que había abandonado la casa de sus padres,de noche,con un viento recio un frío que escarchaba y hacía rechinar los huesos.
Un año de sus huida.Y le parecía tanto tiempo desde que se había marchado.Desde que encontró ésa casa y a la anciana que la había cobijado.
Un año de sus huida.Y le parecía tanto tiempo desde que se había marchado.Desde que encontró ésa casa y a la anciana que la había cobijado.
La anciana.Tal como ella se había ido de noche.Una noche fría y triste como sus dos noches;solo que ahora llovía,con una lluvia persistente y escalofriante.
"_¿Quién soi vo'?
_...
_¿No tenís lengua?
_...
_De seguro tenís hambre...¡y frío!.Con ésta noche cualquera se congela.Entra.Vamo, muchacha.Que si no la casa se enfría y nosotros nos vamo'a congelar.
Güeno,¿te llamaí?
_Lucífuga
_Ah!.Nunca había oí'o un nombre así.¿Sabís sus origen?
_No.
_Mm,tómate éso,te calentará los huesos.¿De donde venís?.¿Tenís familia,casa...?
_Vengo de Rosa.Me fui de mi casa por que me trataban mal.Mi familia que son muchos,pero muy poco gentiles,me odiaban...
_¡De Rosa!.Eso está muy lejos.Como a doce horas a caballo.¿Vos venís caminado?
_ No.Me subí a un vagón del tren veintiocho.
_Ah,ese hace unas cinco o seis horas de viaje.Pero,es de carga.Y la estación está al otro la'o 'e la capilla.¿No te dio miedo cruzarla?.Dicen que hay fantasmas.
_No,no me dio miedo.Pero,sí escalofríos...
_Menos mal que salí a cerrar el portón,que si no,te morís congelá.Agora,duerme ahí,en ese catre.Mañana veo que hago con vo'...".
Como llovía.Y como acudían a su mente los recuerdos.Recuerdos que había prometido no recordar.Recuerdos que ella creía olvidados,pero que estaban latentes en lo más profundo de su cerebro.
"_Ya lleaí tres meses aquí.¿No hay sabío ná?.
_No.Lo más seguro es que ni quieren verme.
_Vo' hablaí muy bien.¿Soi de posición¿.Soi hija de futres?.
_Soy hija de obrero
La anciana frunció el ceño.
_De peón.El patrón me obligaba a hablar bien.Por que decía que una mujer como yo,debía hacerlo.
_Güeno,por algo habrá sí'o.Uno e' estos días te voy a ver las cartas..¿Como sabís que te viene a buscar un futre con más plata que el Diablo?".
Que larga la noche.Las diez,solo las diez.Que lento pasaba el tiempo y que manera de penetrar el hielo de la noche en sus huesos.¡Pobre Remigia!.¿Cómo habría sido su juventud?.Ahora,estaba muerta y parecía que aún habitaba la vieja casa.
Jamás había visto un retrato de ella.Y ene el año que vivieron juntas,pudo darse cuenta,más de una vez,que el pueblo entero la eludía.
El pueblo.Ahora llegaba a su mente el pueblo y su nombre:Espanto.Ignoraba por que había sido bautizado así.Según,Lucífuga,nada producía espanto.Con una grana plaza,a cuyo alrededor estaban la capilla,bastante pequeña, y que congregaba a un pequeño número de fieles;el hospital,blanco y fúnebre,cuyo olor a medicamentos hacía doler la cabeza;las bodegas,las funeraria y detrás de la capilla,la estación de ferrocarriles.Todo eso y las casonas que eran menores que la de Remigia,no producían miedo.
Sintió escalofríos.No comprendió por que sus corazón comenzó a latir apresuradamente.Respiró hondo y trató de calmarse.Pero le fue imposible evitar los estremecimientos.Se levantó del catre y fue por otro cobertor.Se detuvo en la ventana y miró en dirección a la capilla.Bajo la lluvia tenía un aspecto fantasmagórico,horripilante.Volvió a estremecerse.Regresó ala catre y cubríose rápido.Sentía un terror indescriptible.
¿A que temía?.¿Qué hora era?.Las diez con treinta.Que lentitud más demoníaca y no podía dormir.Sintió frío y cerró los ojos.Acudieron a su mente la capilla y la cara de Remigia
Encendió una vela,debían ser más de las doce.Pero el reloj solo marcaba las once y veinte.Quizá habría soñado.Intentó calmarse...Decidió vestirse a pesar del frío y se acercó a la ventana.La capilla le pareció más cerca,grande y tenebrosa.La luz de la vela titiló.
De pronto sintió un ruido.Se volvió rauda pero no vio nada.Quiso bajar las persianas pero,éstas no cedieron.Estaban atascadas.
Salió de la habitación,temblorosa,en dirección ala comedor.La luz tenue de la vela,dio un aspecto fantasmal a aquel cuarto.Miró al lugar que siempre ocupara Remigia en vida y le fue imposible retener un grito.Allí entre las tinieblas que inundaban el comedor,estaba ella.Remigia.Sentada y sonriente.Cerró los ojos para evitar seguir viendo y al abrirlos no había allí nada.
¿Estaba imaginando cosas?.Respiró agitada y oyó latir su corazón en presagio mortuorio.
"_Lucífuga.."
Le llamaban.sentía que iba a desmayar.
"-Lucífuga..."
Ahora más cerca. A su mente acudieron todos los rostros de sus familia,con una sonrisa diabólica en sus labios y los ojos destellantes.Por un momento creyó verlos a todos ahí,junto a ella,pero estaba sola.
"_Lucífuga..."
Su respiración se detuvo.Le habían llamado por tercera vez.Le pareció como si hubiese sido dentro de su oído.Tenía una mueca de horror en su cara.Sus ojos desorbitados parecían próximos a salirse de sus órbitas.Su mano temblorosa,se deslizó hasta quedar en su pecho.Volvióse lentamente,hasta el lugar de donde provino la voz.Ahí,con la mitad del cuerpo enterrado en gusanos que devoraban ávidos el cuerpo putrefacto.Con su faz esquelética,sus manos huesudas que a la tenue iluminación parecían dos blancos cuchillos que atravesaban su corazón.
¡Remiguia!.
Afuera,llovía torrencialmente.
Se despertó con día radiante,salvo algunas gotas de rocío,nadie hubiese creído de la fuerte lluvia de la noche anterior..Lucífuga estaba confundida.Se miró al espejo más de una vez,solo para comprobar que tenía unas marcadas ojeras que le daban un aspecto pasmoso.Salió de la casa en dirección ala ferrocarril,pero de pronto se detuvo,como si una fuerza magnánima le indujera a detener el paso.
La capilla estaba abierta y solo eran las nueve de la mañana.La misa era a las siete y después el sacerdote se retiraba,junto a los suyos, a dar la unción a los enfermos y no llegaba hasta el medio día.momento en que la capilla permanecía cerrada.
Guió sus pasos hasta la puerta.Entró vacilante y esperó unos segundos que le parecieron años.Todo estaba vacío.
Sintió nuevamente la opresión en sus pecho,miró el cristo crucificado y se sintió sofocar.Salió de la ermita,a duras penas,como si le hubiesen echado encima un peso imposible de soportar.
Llegó corriendo a la estación y se detuvo.Todos en el pueblo notaron su desasosiego.
"_Ésta noche he de viajar,Lucífuga.
_¿Viajar?.No me habías dicho nada.¿Me llevas?.
_Este viaje lo hago sola.Uno 'e estos día te vengo a agüaitar de nuevo...".
Despertó de su reflexión,al sonido del silbato del tren que llegaba.Miró su número:era el veintiocho."No.Me subí a un vagón del tren veintiocho".Parecía como si hubiese sido ayer.
Ya entrada la noche,se encaminó con paso lento a la casa.Al llegar al portón,miró el ventanal del comedor y sintió un breve estremecimiento.Entró ávida de refugio;encendió la vela y se dirigió al dormitorio,no sin antes constatar que allí no había nadie.
Púsose el camisón y se dispuso a acostar,cuando un leve ruido le puso sobre aviso.Aguzó el oído con el afán de poder escuchar mejor,sin embargo,nada oyó esta vez.
Después de unos minutos.logró quedarse dormida solo para despertar sobresaltada.Algo pesaba sobre sus piernas.Intentó moverse.Encender la vela que se había consumido,pero su cuerpo no respondió.
Un minuto.Tres.Cinco.¿Qué hora era?.Remigia.Su cara.Su cuerpo putrefacto y lleno de larvas...Cerró los ojos.Remigia seguía ahí,impasible,diabólica.
_Lucífuga.
La llamaba.Con una voz puesta a menor velocidad que lo normal.Quejumbrosa.Terrorífica.
Cuando pudo moverse nuevamente saltó de la cama sofocada.Guardó silencio.Se oía latir sus corazón y su respiración dificultosa.Volvió a cerrar los ojos y se sumió en un mundo de tinieblas:la noche que huyó de sus casa,el vagón del tren,la casa de Remigia.
Remigia.No podía arrancarla de su mente.Gusanos.Le dio la impresión de que ella también estaba llena de ellos.
Abrió los ojos y salió corriendo al comedor Y una vez allí,encendió todas las velas que encontró a su paso.
Un grito.Una carcajada como de hiena.Una brisa fría y unos ojos que le acechaban...Luego,Remigia.
_Lucífuga,¿me recuerdas?.He venido a verte_rió nauseabundamente_.Cumplí,¿recuerdas?.No me temas,Lucífuga_rió estrepitosamente,al tiempo que se acercaba.
Sintió como el aire se le escapaba.Quizo correr,pero no pudo moverse.Estaba paralizada.
_Ven.Ven.No puedes quedarte sola.Ven.No debes quedarte sola.
Comenzó a acercarse,sin tocar el piso.Lucífuga,vio como una a una iban apagándose las velas,hasta quedar sumido todo en una gran oscuridad interrumpida solo por la extraña fosforecencia que envolvía a Remigia.
Un vaho gélido envolvió a Lucífuga,producto del terror.
_Tu pelo.Ha crecido mucho,Lucífuga.Está tan largo como los cabellos de Medusa.Sí,Medusa...
Remigia levantó su mano para tocarlo,Lucífuga,aterrada,veía como aquella calavera se acercaba a sus rostro.Lenta.Sigilosamente.¿Qué hacer?.Pensaba y solo venía a su mente una cosa:Remigia.
En cuestión de segundos aquella mano tocaría su cabello.
Latidos.Risas tenebrosas.Respiración agitada.Un grito.Un grito desgarrador.Un grito que despertó a todo el pueblo de Espanto.Una carcajada,burlona,sarcástica,diabólica,eterna.
Silencio.Un silencio escabroso.Y una bruma que cubrió por completo y para siempre aquella casa.
