La mujer de negro,se acercó a la ventanilla y procedió a entregar unas hojas.
La mujer tras el cristal,le sonrió automáticamente y la miró con extrañeza.
-Oh,no sabía que estaba enferma. Se ve tan bien.
La mujer de negro, levantó el rostro y le escupió parsimoniosa y lánguida.
-Así es...
-Lo bueno es que ya estará aún mejor! . No es tan terrible la depresión. Solo hay que ponerle ganas!- soltó la frase ,otra vez automática,la mujer detras de la ventanilla.
Silencio.
-Sí. Pero, duele.
Duele, cuándo nadie te cree. Duele, cuándo ves que te frustra todo. Duele cuándo sientes cansancio y sueño y no sabes el porqué.
Duele cuándo comes, cuándo no comes, cuándo te duchas, cuándo no lo haces; cuándo caminas o corres. Cuándo sonríes y por dentro estás destrozada.
Cuándo te despiertas en la mañana,tarde o noche y ves que nada tiene sentido.
Cuándo miras a tu alrededor y ves,que por lo que luchaste o te encantaba hacer ya no es de tu agrado
Cuándo todo te resulta monótono,gris,amargo...
Cuándo sientes que explotas de felicidad, aunque te dure un segundo.
Pero,duele más aún, cuándo deja de doler.
Cuándo sientes que ya todo pasó y por dentro te consumes lentamente sin saberlo. Cuándo crees que lograste escapar, pero solo has estado un momento ,un segundo,un par de días o meses o años,en libertad vigilada.
Duele cuándo te dicen,si tienes todo para ser feliz. Todo está en tu mente. Debes poner de tu parte. Debes mejorar por los tuyos...
Y por tí,¿cuándo?
Duele cuándo escuchas,que ya están cansados de tus llantos, tus cambios de humor, tu irritabilidad,tu inestabilidad.
Y por tí, ¿cuándo?
Duele y mucho cuándo te dicen " todo pasará. No es tan terrible tener depresión"
Y buscas ayuda, cuándo ya no puedes más. Cuándo duele el cuerpo,la mente y si crees tener alma, también duele.
Y te medicas,por qué es lo único que ya puedes hacer después de tantos años,tantos llantos,tantas palabras necias,tanto dolor.
La mujer de la ventanilla,muda y sonrojada, despachó las recetas con una semi sonrisa nerviosa y estúpida.
La mujer de negro,se acomodó los lentes oscuros, guardó sus cosas y salió despacio.
Fuera,la esperaban sus hijos, ingenuos y felices.
-¿Todo bien,mami?
-Oh, sí. Todo está muy bien.
Esa era aún,la razón de seguir adelante.
