El agua giraba en sentido contrario a las manecillas del reloj.
La cabeza del delfín cayó del techo.
La sangre escurría por toda la habitación.Los insectos comían de su mano húmeda y se confundían con sus piojos color ocre.
El zarpullido iba en aumento y de las ulceraciones comenzaba a emanar un olor pestilente parecido al de una cloaca a tajo abierto.
El agua ennegreció y el torrente subió a la altura de sus hombros.Trozos de animales cruzaron frente a sus ojos.A travez del rabillo del ojo vió una gata sumisa y bella.Vomitó.
Salió desnudo y sus pies descalzos pisaron millares de cristales que se incrustaron en sus piel.Sintió satisfacción.
Al abrir la puerta,el sol le deslumbró y salió corriendo.Corrió tanto,que cuando cayó al suelo,fatigado,el sol había abrazado el horizonte.
La hediondez hería sus narices y buscó un lugar para darse un baño.Pero el agua había desaparecido y solo quedaba un poco de amoníaco que restregó en su cuerpo entumecido y maloliente.
La gata fisgoneó desde una esquina y centró sus ojos felinos en él.
Quizo vomitar pero no pudo.En vez de eso,solo emitió una sonora carcajada.
Los colores se sucedían uno tras otro hasta quedar todo en blanco y negro.Un ave parada en una tarima,con una ala,dió un sonido ronco.
...El espejo,mudo testigo del cambio siniestro,se contorsionaba al eco de aquellos sonidos.
El ave dejó caer su ala deforme y zangoloteó por el techo azul,mientras el cuerpo de Adam se contorsionaba febril en el suelo rojo sanguinolento.
El agua giraba rauda y el delfín buscó su cabeza entonando su canto triste.
Los ojos de la gata brillabn sobre la mesa dispuesta a un costado de la habitación,mientras ésta lamía sus cuencas con ahínco.
Los vidrios se inscrustaron más aún,atravezando su empeine y el dolor produjo placer y calma.
Un aguijón negro y brillante se clavó en su brazo y un hilillo de sangre flotó en dirección al techo dejando un camino sutil y perpetuo.
Los piojos se reproducían a números desorbitados y se confundían con el agua,tornándola espesa,imposible de atravezar.El caudal subía precipitadamente y pronto llegó a la altura de sus ojos...
Miró por la rendija de la puerta sellada y miró los cerezos en flor llorando desconsoladamente mientras se cubrían de cenizas doradas.
Gritó.
Y al hacerlo,la máquina a la cual estaba conectado,susurró un largo bip que dió por finalizada su larga y nefasta estadía en el Hospital San José.
Tres días más tarde,una corona verde con tonalidades azules,la única,cubría la tumba gris llena de alimañas multicolores.
A la acechanza de las pesadillas nocturnas,en las que el miedo absoluto se contrapone a lo racional.Junto al gemido lúgubre de las almas en pena y al canto agorero del Tué-Tué,presagio absoluto de que es hora de tu muerte.
domingo, 23 de enero de 2011
sábado, 15 de enero de 2011
Memento Mori
Cuando mas tiempo pasa,más me molesta el olor de los cadáveres de los niños regados por toda la casa.
El hedor apesta,ya no lo soporto.Las flores se marchitan y se confunden con el olor de los cuerpos en putrefacción.
Creo que es mejor que los devuelva a sus madres y así poder decirles que nunca estuvieron mejor cuidados.
Yo me quedaré con las fotografías...
Yo me quedaré con las fotografías...
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