Por ningún motivo pensé que fuese un sueño.Un mal sueño.Sabía que estaba despierta,pero no acertaba a recordar mi nombre,el día o cualquier cosa que me diese datos de porqué estaba todo así.
Reconocía la habitación y cada uno de los objetos.Pero,nada más.No me asustaba éso;me asustaba el silencio,presagio ingrato de una soledad insondable.
Cuando al fin pude moverme,no sin gran esfuerzo ya que mis miembros estaban entumecidos,me dirigí a la ventana con los ojos semicerrados y traté de ver la calle.
El sol me impedía hacerlo y busqué unas gafas oscuras que tenía por ahí.
Todo fuera parecía un cuadro de aquellos típicos del campo,dónde solo hay naturaleza muerta.Los autos,las casa,los árboles presentaban un aspecto diáfano.Como si la ciudad fuese completamente nueva.No divisé alma alguna.Ni escuché sonido alguno tampoco.Eso me inquietó.Y respiré hondo para calmarme.Mis cabellos alborotados se abalanzaron a mi cara,cuando me agaché de súbito producto del pánico que me invadía.Cuando logré calmarme,me dirigí al baño y me duché rápidamente.
Calcé una polera de mangas largas,unos jeans negros y unas zapatillas y salí,sin olvidar las gafas,a la calle.
Recorrí todo por más de una hora.Con nadie me topé.Ni mis vecinos,ni los niños de la plaza mayor,ni los perros que los acompañaban;ni siquiera el viento se escuchaba.
Pensé por un minuto que estaba sorda,pero la inexistencia total de vida descartó aquella hipótesis.Volví a casa,muy asustada.Y aunque tenía ganas incontrolables de llorar,no lo hice.Debía haber una explicación...
Quizá estaba en coma.O aún seguía soñando.Si,debía ser una pesadilla,de aquellas en las que te cuesta despertar.O que despiertas pero sigues dentro del sueño.Me pellizqué y sentí un dolor agudo en el brazo.No,no estaba soñando.Por lo tanto,estaba en coma.Debía estar en el hospital y mi alma,por primera vez en mi vida pensaba en ella,había salido a recorrer las calles de la ciudad.Me senté en el sofá y cerré los ojos,contando pausadamente,en una forma de despertarme en la camilla rechinante de un hospital cualquiera,pero el eco de una voz,me impidió proseguir.
No entendí lo que dijo,pero me llegó desde el fondo del pasillo.Me incorporé y fui hasta donde creí haber escuchado la voz,pero no vi nada.Cuando me giré para volver al sofá,en mi nuca resoplaron con voz suave.
_A...na...
Me giré rauda y allí donde debía estar el final del pasillo,una mujer de cabellos largos y vestidos antiguos,meciéndose al viento,me miraba con ojos amarillos que resaltaban su pálida faz,mientras repetía nuevamente:
_Ana...
Salí corriendo a mi habitación y me metí a la cama tapándome con las sábanas,llorando y tan asustada que creí morir.Me faltaba la respiración,mi cuerpo temblaba,mis manos sudaban y un miedo indescriptible se apoderó de mí,dejándome al borde de la sofocación.
Fuera,el silencio del mediodía seguía inundándolo todo,a excepción del eco mortuorio de mí misma,llamándome desde el fondo del pasillo,para obligarme a cruzar a los confines de la oscuridad eterna,donde yacía mi cuerpo putrefacto,carcomido por los gusanos ávidos de almas atormentadas y al cual me negaba a volver.
